2016
amor
amor adolescente
amor joven
historia corta
Hugo
presente
recordar el pasado
Presente y futuro - Historia Corta
25.7.16
El futuro
Un momento, le mire como si hubiera mundos
colisionando entre nuestros corazones. Al siguiente, él ya no estaba.
......................................................................................................................................
El presente
— ¿Qué has hecho durante
todo este tiempo? -preguntó como si mi respuesta fuera algo que ya hubiera escuchado antes, dándole poca importancia a lo que respondería.
— He estado estudiando.
Estudiar. Eso es lo que he hecho -dije, mientras mi corazón se hacía cada vez
más pequeño.
— Eso es bueno. Muy
bueno. -simuló responder mientras tenía los ojos en su teléfono
celular.
Quería preguntarle tantas cosas a Hugo. Habían
pasado ya 8 años desde que lo vi por última vez. Mi corazón se
aceleraba repentinamente mientras más lo veía y notaba lo mucho que había
cambiado. Él siempre ha tenido este control sobre una parte de mi corazón, o al
menos así es como se ha sentido.
Hugo fue mi primer amor. 'Ese' que técnicamente aún
no ha terminado porque nunca dijimos que había terminado sino que por cosas
del, llamémoslo "destino", no pudimos seguir juntos. Claro,
probablemente dirán '¿cómo puede ser él tu primer amor?', '¿sabías lo que es el
amor a tan pequeña edad?'. Y mi respuesta siempre será un sí. Definitivamente a
él lo considero como mi primer amor. Éramos ingenuos pero, quizás en nuestra
ingenuidad, nos amamos de verdad.
Hugo fue la primera persona a quien le guste por
ser 'yo' y, eso fue lo primero que me hizo enamorarme de él, un poco más cada
día (antes que fuéramos 'novios'). De pequeña nunca fui ese clásico
'estereotipo' de niña, ustedes saben, aquella a quien le gusta el rosa, sólo
utiliza vestidos y le tiene asco a ensuciarse. En mi pre-adolescencia fui
aquella niña que pasaba horas jugando con los niños, hasta muy noche porque me
negaba a parar de jugar. Era agresiva en el mejor sentido de la palabra:
jugábamos de jalarnos, de empujarnos y demás. Yo era otro chico más en su grupo
de amigos, quiero decir, en nuestro grupo de amigos.
Es por eso que nunca me imaginé que alguien se
fijaría en mí, de hecho, quizás fue hasta que alguien se fijó en mi sonrisa que
comencé a pensar en 'chicos' como algo más. Comencé a pensar en Hugo como
alguien que me gustaba, en vez de verlo como aquel niño que delataba dónde me
escondía mientras jugábamos a las escondidas. Él fue mi confidente por tantos
años (con esto me refiero a que le decía todo lo que ocurría en mi mente sin temor alguno) y después se comenzó a convertir en el chico que me gustaba. Él fue el
chico que detestaba estar en su hogar y que venía a casa a molestarme.
Ahora, nunca me imaginé que después de tantos años mi
corazón latiera tan rápido, casi tanto como la primera vez que nos besamos.
— Me tengo que retirar,
me llamas y hablamos más calmados. Me tienes que contar tu historia -escuché
decir a Hugo, regresando mi mente al presente.
— Claro, definitivamente -afirmé al comentario sin notarlo.
— ¡Nos vemos! -gritó desde lejos mientras decía adiós.
Después de unos momentos, recapacité y me di cuenta
cómo no se había dignado a darme su número de teléfono. 'Qué engreído' pensé,
sólo porque mi orgullo fue dañado levemente. Era medio día, cuando comenzamos a
hablar, no había pasado mucho pero es posible que regresara al trabajo y por
eso no pudo quedarse por más tiempo. O al menos esa era una de las
justificaciones que quería creer y responder por qué había actuado tan frío.
Dos meses después recibí una llamada de un número
desconocido. Nunca me sentí tan alegre o quizás era la euforia de pensar que
era él al teléfono. No entendía mi razonamiento. Cómo era posible que Hugo me
hiciera sentir como una adolescente de nuevo, esperando su llamada cuando
claramente no habíamos intercambiado números telefónicos.
Y tenía razón, no fue su llamada.
Varias semanas más habían pasado y no había podido
dejar de pensar en el pasado. No había podido dejar de pensar en Hugo y cómo
comenzó todo entre nosotros. Fue tan infantil pero me causa nostalgia. Recuerdo
la vez que estábamos jugando a nuestra versión de 'verdad o penitencia'. Éramos
cuatro: dos niñas (mi mejor amiga, Johana y yo) y dos niños (Hugo y su mejor
amigo, Ale). Ale, en su turno lo reto a que probara que yo le gustaba, Hugo
simplemente tomó mi mano y dijo 'Ahora somos novios'. Sin oponerme, continué
sosteniendo su mano y respondí: 'Claro'.
Y así de simple como todo comenzó, después de un
año, así de simple todo terminó.
Es curioso como la vida hace y deshace con uno.
Desde mi primer amor hasta el día de hoy mi corazón ha sido roto pocas veces
pero esos pocos momentos se han aferrado tanto a mí. Lo crea Hugo o no, una
parte de mi corazón aún le pertenece. Y se lo dije muchas veces, él de burlón
nunca me creyó, solía sólo sonreír relajado y en nuestra 'niñez' simplemente continuábamos jugando.
Ocho años han pasado y sonrío cada vez que
le recuerdo. 'Éramos tan inocentes, dónde estarás ahora' pienso y me cuestionó
sin esperar respuesta alguna.
Un segundo después veo la pantalla de mi celular,
otro número desconocido. '¿Será el banco de nuevo?' pensé.
—
Aló -contesté indiferente.
— Deberías haberme
recordado de intercambiar nuestros números de teléfonos. -dijo una voz conocida.
— ¿Ah? -exclamé cuestionandolo, era un
hombre seguro pero no lograba identificar quién exactamente.
— Tuve que pedir favores
y hablar con viejas amistades para conseguir llamarte. Tenemos que vernos...
¿cuándo nos vemos?
Volví. Volví de nuevo a la adolescencia y lo único
que veía era su mano sobre la mía, diciendo que nadie nos iba a encontrar,
mientras jugábamos a las escondidas, su otra mano toco mis mejillas y con los
ojos cerrados nuestros labios se tocaron.
— Pronto -contesté.-
Pronto.
0 Felicidad(es)